Pensar en escala

El diseño arquitectónico es la ruta del camino a seguir, un mapa aceptante de los errores. Es arte que posee el poder de modificar el planeta Tierra y aquellos que la habitan. Además, el mundo cambia a través del tiempo geológico, al igual que los miembros de la sociedad, y la arquitectura es una expresión de esos cambios; el mundo no es estático. Su belleza genera mejores ciudades, las cuales instauran mejores seres humanos; por esta razón, la arquitectura es nuestra salvación.

Podemos ingeniar edificios para establecer un mejor mundo, cambiando las ideologías establecidas; lo considerado “normal”. La arquitectura se asimila con la vida, la vas diseñando con el pasar de los años; envejece, pero nunca muere, aun cuando es derrumbada, al contrario del ser humano. Juntamos ideas del pasado con las del presente para crear nuevos conceptos; en el caso de la vida, las experiencias determinan cómo actuaremos en el presente. No solo eso, podemos utilizar la naturaleza como herramienta para lograrlo como, por ejemplo, capturando la energía del sol, aprovechando de los diversos materiales que nos provee. A modo de ilustración, lo que generalmente captura el ojo es la naturaleza, es el alma del edificio, con esta idea podemos cambiar el mundo; seres humanos conectados con la naturaleza actúan distintos a los desconectados de ella.

Un edificio no es solamente un techo que refugia a los seres humanos, comunica una historia, la cual es capaz de radicar sentimientos en la audiencia como, por ejemplo, soledad, felicidad, entre otros. Determina la identidad de los individuos que habitan el mismo, basado en las vivencias de cada uno. Ciertos edificios de hoy en día no se pudiesen construir en los tiempos precedentes al nuestro, debido a los avances tecnológicos de hoy en día; ciertos materiales no habían sido descubiertos o no se utilizaban en la arquitectura. Ahora las estructuras disponen el control, pueden manipular el ojo, la luz del sol, el viento, etc. Obtienen hasta una vibra, puede ser intimidante o curioso, y muestran la habilidad de modificar lo socialmente aceptado. Somos capaces de transformar la sociedad, inclusive la manera de vivir, a consecuencia de los proyectos arquitectónicos.

El diseño establece un sistema de orden, un método para identificar las variables críticas. Es un procedimiento que toma tiempo, a largo plazo, a causa de todas las modificaciones y métodos alternativos que se pudiesen determinar en el proceso. Las ideas en papel pueden convertirse en realidad y adquirir su significado, con ayuda del arquitecto. Sin un diseño que administre lo deseado no hay posibilidad de comenzar la producción. Se necesita como método de guía, basado en un entendimiento del problema; aunque, hoy en día el diseño está perdiendo valor, y lo arquitectónico puede experimentarse físicamente. 

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