Fraude de apariencia
La decoración/el ornamento está en la
mirada que lo contempla; la apariencia suele atraer o repeler a la audiencia,
en ocasiones manifestando una imagen falsa como, por ejemplo, un local con exterior
despintado da la impresión de abandono y espanta a los clientes. Los individuos
le adjudicamos un significado a la decoración, cada uno con una versión
distinta. Si la estructura activa recuerdos en la memoria y no recuerdos vacíos
está cumpliendo con su propósito. La percepción del espacio se convierte en la
percepción de la decoración y los ornamentos, asignándole una representación al
espacio.
La belleza es relativa, lo que unos definen como
belleza otros lo encuentran absurdo. Aun cuando es absurdo ocupa la vista y
transmite un orden; una arquitectura clásica es, habitualmente, considerado excesivo
y antiestético por ser distinto a lo actual, no obstante, captura el ojo. El
espacio está organizado y definido, en ciertos aspectos, en virtud de la
decoración; un parque infantil es decorado para atraer a los niños, por lo
tanto, es definido por la decoración colorida. Suscita un aura en la
escenografía. En particular, los productos ubicados en los supermercados, los
mismos son el sistema decorativo, un supermercado sin los productos es un
espacio vacío.
El patrón del estilo correlaciona con la memoria del
arquitecto y de la audiencia. Las primeras impresiones determinan nuestra
actitud en torno al espacio; el cerebro humano captura la primera visión de lo
desconocido y lo explota. De modo que creamos imágenes en nuestras mentes, lo
cual es posible debido a los archivos de la memoria. Atribuyéndole un nuevo
significado al espacio, distinto al del arquitecto, ya que hemos experimentado
distintas fortunas y desgracias. Por ejemplo, un anuncio de publicidad ubicado
en la entrada de un edifico causa atractividad en los ojos de los delincuentes
de la sociedad, sin embargo, es repugnante para los samaritanos; ese edificio
tendrá una imagen de criminalidad y, a consecuencia, los samaritanos no querrán
situarse en ese ambiente.
Todo edificio contiene algún tipo de decoración u
ornamento, un edificio íntegramente blanco sin textura posee de una decoración;
la decoración/ornamento está en la mirada que lo contempla. Las decoraciones
son funcionales, sea con el objetivo de manifestar belleza para atraer una
audiencia o para emplear utilidad. Le demostramos más relevancia a la
percepción del exterior e interior que al edificio como tal, en términos de sus
símbolos como, por ejemplo, cuando evitamos el contacto público con criminales
o individuos con mala reputación para mantener con las apariencias; decoramos/ornamentamos
para pertenecer. Los espacios están decorados de cierta manera con la intención
de invitar a un grupo de individuos en específico y evitar a otros. La
apariencia posee el poder de engañar a la audiencia dando la ilusión que el
espacio es público, para insinuar comodidad y libertad, sin embargo, es un
espacio público, en donde el propietario sostiene el control.
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