Armisticio
La arquitectura es una lección y/o instrucción para la humanidad. Manifiesta la habilidad de reformar la coexistencia entre humanos y la naturaleza. Le adjudica énfasis a las contradicciones de la sociedad para crear “un nuevo mundo”. Concibe conciencia del mundo actual para invertir y restablecer las ideologías.
Nos une a
la naturaleza, no nos obliga a estar en competencia con ella. El suelo o terreno
está cubierto de hábitats y vegetación y, para poder construir, necesitamos disponer conocimiento de las implicaciones y trabajar de acuerdo. Por lo general,
destruimos lo natural para construir. Cada elemento de la arquitectura debería
responder a la naturaleza, no al revés. Imitar la naturaleza como ornamento en
las arquitecturas inculca en el ser humano su coexistencia.
Los
arquitectos poseen la capacidad de redefinir lo dicho por supuesto. Su arte
expresa ideas de cómo deberíamos vivir y entender nuestra sociedad. Para
elaborar, la gran mayoría de los edificios de hoy en día que son razonables y
contienen “belleza” fuesen absurdos en otros tiempos. La arquitectura destruye
y produce ideologías, y cambiará el mundo como lo ha hecho a través de los años.
De igual forma, puede modificar el concepto de trabajar en oficina y convertirlo
en un espacio más íntimo.
El arte del
arquitecto motiva a la audiencia a cuestionar las ideologías ya establecidas
por la sociedad. Nos enseña la verdadera “historia”, debido a que el pasado y
el presente no pueden ocultarse. Por lo general, las estructuras no impulsan una
evolución en la sociedad hasta años o siglos después. Sin embargo, pueden predecir
el futuro con los efectos presentes en las arquitecturas de décadas precedentes.
Nosotros, los seres humanos, necesitamos establecer un acto de paz con la
naturaleza para continuar con el cambio del planeta Tierra.
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